Las rebajas se desinflan. Tanto es así que el 46,5% del total facturado por el sector textil tenía algún tipo de rebaja o descuento, pasando a ser el 31,2% en 2023.
La tendencia a comprar menos y sólo ante la necesidad, los mensajes medioambientales que llegan desde organizaciones y marcas o la consolidación de retailers low cost invitan a compras menos emocionales y hacen menos atractivas las rebajas tradicionales que, en cierto modo, están pasando de moda.
Ya hace mucho tiempo que el consumidor se acostumbró a comprar moda con descuentos o rebajas, ya que durante todo el año se pueden encontrar productos promocionados, que se llaman de diferente forma según el momento del año, en el que nos encontramos: promociones especiales, ofertas, descuentos o rebajas.
A pesar de ello, durante los últimos años comprar con algún tipo de rebajas parece estar siendo menos atractivo para los consumidores, pues cada vez se adquieren menos prendas bajo este reclamo de precios bajos.
Esta evolución ha venido provocada por una pérdida continua de compradores (textil vestir + accesorios + calzado), lo que ha provocado que durante 2023 más de 1,8 millones de personas dejaran de comprar alguna prenda rebajada.
En los momentos inflacionarios actuales no hay una única explicación de lo que está provocando esta situación. Por un lado, tras la pandemia el consumidor se reafirmó en que había que comprar solo la ropa necesaria, a lo que se han unido los mensajes de sensibilización respecto a la sostenibilidad y protección del medio ambiente, que van en esta línea de reducción de compras a lo estrictamente necesario.
Además, el crecimiento que han experimentado los principales retailers low cost y la aparición de nuevos, tanto físicos como online (Shein, Zeeman, Pepco,…), han cubierto el espacio de los precios reducidos, haciendo redundante la llamada a acudir a las rebajas, cuyo principal atractivo es precisamente el mismo que ya ofrecen estos retailers de manera permanente: el bajo precio.
El peso de las rebajas de enero cae 8,5 puntos
Si nos centramos en los meses de enero de los últimos años, el clásico de siempre cuando se trata de rebajas, su peso de todo el gasto realizado en el mes pasó del 53,1% en 2022 al 44,6% en 2023, con una pérdida de 8,5 puntos en solo un año.
Sin embargo, a pesar de que las rebajas de enero han perdido porcentaje en el total de las ventas del mes, la facturación total de enero de 2023 fue un 13,6% superior al año anterior.
Este crecimiento nos da pistas de cómo se comportan consumidores y distribuidores. Y es que el consumidor ve limitada una parte muy importante de la superficie en la que comprar prendas rebajadas, ya que los retailers destinen parte de ella a las “nuevas colecciones”.
Ir de rebajas, sobre todo en enero, ha sido una costumbre arraigada en nuestro país, y aunque el gasto total en rebajas haya caído en los últimos tiempos, al consumidor le gusta salir de compras, lo que provoca que la cuota de Internet en enero de 2023 fuese de un 21,7% , un punto menos que en enero de 2022, con 527.000 clientes menos.
En enero de 2023, el gasto medio por comprador en prendas rebajadas fue de 78,38 €, una cifra que, este año disminuirá. El crecimiento de los nuevos operadores low cost online está siendo muy agresivo y la disponibilidad de presupuesto de los consumidores se ha visto mermada por la alta inflación y por las prioridades de gasto de cada uno de ellos. Todo ello tendrá, seguramente, un efecto sobre las compras de rebajas del presente mes de enero.