En México, el atún ha dejado de ser un alimento ocasional para convertirse en protagonista de nuevas rutinas, especialmente en la cena, que ya representa el 22.6% de su consumo. Este momento ha crecido considerablemente año contra año, y más del 95% de las ocasiones son compartidas. La mesa está puesta para que tu marca forme parte de este ritual cotidiano.
Pero el valor del atún no se limita a cuándo se consume, sino por qué. El consumidor lo elige por sabor, practicidad y porque ofrece una alternativa frente a otras proteínas. Aunque el 70% del consumo se concentra en cinco platillos, hay un apetito claro por variedad: nuevas formas, nuevos momentos, nuevos vínculos.
Por otro lado, aunque muchos lo incluyen en su dieta saludable, el vínculo emocional con lo “saludable” aún no está construido. Hay margen para reposicionar y ganar relevancia entre quienes buscan bienestar sin sacrificar sabor.
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