Hace 10 años empecé a trabajar en el mundo de la investigación de mercados y hoy pienso que el 2020 fue el año de mayor incertidumbre para muchas industrias; por un lado, millones de personas perdían sus empleos, y muchas empresas tenían caídas históricas en sus ventas, por el otro lado era un año histórico para el mercado de valores y las grandes bolsas en el mundo. Todo esto fue difícil de digerir.
Además, pensábamos que con la llegada de la vacuna el panorama iba a retomar su rumbo y no ha sido de todo así. La ciencia dio pasos de gigante en la búsqueda por combatir el virus que paralizo el mundo, quedaron consecuencias que están retando las economías mundiales a tomar decisiones que logren combatir los desafíos de inflación, alto costo de las materias primas, caos en la cadena logística, desempleo, disminución de poder adquisitivo en países emergentes a raíz de la devaluación de las monedas, y por si fuera poco, desestabilidad política en algunos países.
Con lo anterior, quiero reflexionar en que probablemente la incertidumbre y la volatilidad es el escenario en que tendremos que jugar nuestras decisiones en el corto y mediano plazo. Y que, si bien los análisis de los mercados son importantes, no podemos generar que el “exceso de análisis cause parálisis”. Muchas preguntas recibo en cuanto a que creemos como investigadores y analistas de información; qué puede llegar a suceder en los próximos años y si bien hay patrones de comportamiento que basados en el pasado nos dicen, que el impacto más fuerte es en el corto plazo, pero que después las cosas se acomodan, y el consumidor/shopper vuelven a retomar sus hábitos como los veían haciendo anteriormente.
La verdad es que hoy no existe una bola de cristal que nos pueda predecir qué va a suceder con los comportamientos de los compradores, ya que son tantas variables exógenas en juego, que decir que va a pasar X o Y sería una mentira.
Ante la situación que vivimos actualmente pienso que la mejor de las proyecciones es tomar acciones en el ahora, y adaptarse a los resultados que estas acciones generen. Eso sí, las acciones deben ser coherentes en lo que somos buenos como compañías, y arriesgándonos a que la innovación y el desarrollo en momentos de crisis también pueden generar movimientos positivos en nuestros balances.
La invitación es a revisar qué está sucediendo en nuestro país, revisemos de cerca la realidad demográfica, salgamos a campo, pidamos a los equipos de ventas que nos inviten a sus rutas, hablemos con las personas y acerquémonos más a los consumidores de nuestras marcas. Pero por favor, dejemos que las investigaciones que decidamos hacer nos guíen a una toma de decisiones basadas en tendencias, y nos guíen hacía los patrones de comportamiento, teniendo como punto de partida los números y argumentos válidos. No dejemos encarpetadas las investigaciones.
Y para terminar, aquí algunos de los ejes que estamos trabajando para apoyar a la industria de consumo masivo:
Además, pensábamos que con la llegada de la vacuna el panorama iba a retomar su rumbo y no ha sido de todo así. La ciencia dio pasos de gigante en la búsqueda por combatir el virus que paralizo el mundo, quedaron consecuencias que están retando las economías mundiales a tomar decisiones que logren combatir los desafíos de inflación, alto costo de las materias primas, caos en la cadena logística, desempleo, disminución de poder adquisitivo en países emergentes a raíz de la devaluación de las monedas, y por si fuera poco, desestabilidad política en algunos países.
Con lo anterior, quiero reflexionar en que probablemente la incertidumbre y la volatilidad es el escenario en que tendremos que jugar nuestras decisiones en el corto y mediano plazo. Y que, si bien los análisis de los mercados son importantes, no podemos generar que el “exceso de análisis cause parálisis”. Muchas preguntas recibo en cuanto a que creemos como investigadores y analistas de información; qué puede llegar a suceder en los próximos años y si bien hay patrones de comportamiento que basados en el pasado nos dicen, que el impacto más fuerte es en el corto plazo, pero que después las cosas se acomodan, y el consumidor/shopper vuelven a retomar sus hábitos como los veían haciendo anteriormente.
La verdad es que hoy no existe una bola de cristal que nos pueda predecir qué va a suceder con los comportamientos de los compradores, ya que son tantas variables exógenas en juego, que decir que va a pasar X o Y sería una mentira.
Ante la situación que vivimos actualmente pienso que la mejor de las proyecciones es tomar acciones en el ahora, y adaptarse a los resultados que estas acciones generen. Eso sí, las acciones deben ser coherentes en lo que somos buenos como compañías, y arriesgándonos a que la innovación y el desarrollo en momentos de crisis también pueden generar movimientos positivos en nuestros balances.
La invitación es a revisar qué está sucediendo en nuestro país, revisemos de cerca la realidad demográfica, salgamos a campo, pidamos a los equipos de ventas que nos inviten a sus rutas, hablemos con las personas y acerquémonos más a los consumidores de nuestras marcas. Pero por favor, dejemos que las investigaciones que decidamos hacer nos guíen a una toma de decisiones basadas en tendencias, y nos guíen hacía los patrones de comportamiento, teniendo como punto de partida los números y argumentos válidos. No dejemos encarpetadas las investigaciones.
Y para terminar, aquí algunos de los ejes que estamos trabajando para apoyar a la industria de consumo masivo:
- Ojo a la base de la pirámide: Solo en Colombia el estrato 1 y 2 representa 1 de cada dos pesos en el gasto de la canasta de consumo masivo, y representa 53 de cada 100 compradores potenciales.
- Recuperación de proximidad y conveniencia: Revisemos los niveles de desembolso del Shopper en su carito de compra completo, salgamos de ver solo la compra de la categoría que ejecutamos en el día a día y entendamos el viaje de compra completo.
- Si hay vida después del Discounter: Si bien el 93% de los hogares en un año compran en un formato de Discounter, ese Shopper deja alrededor del 20% de su presupuesto dentro, pero aún queda un 80% por fuera.
- Apostémosle a los canales emergentes: Domicilios telefónicos, e-commerce, pañaleras, famas y carnicerías, tiendas especializadas de belleza, tiendas naturistas, tiendas de mascotas, etc.
- No todos los Shoppers son caza precios: Si bien hay una presión inmensa al incremento de precios, el 48% el gasto realizado en la canasta de consumo masivo es realizado por hogares que los llamamos holgados y prácticos, que no solo valoran el precio en su decisión de compra.
- Apostemos al desarrollo de marcas en diferentes Tier de precios y beneficios: No tratemos de jugar con nuestra marca disminuyendo su precio haciendo perder el valor que le hemos generado con nuestras estrategias de comunicación y posicionamiento.